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El origen de los primeros atletas o
competidores en carreras se remonta a antigua Grecia, donde existía la
costumbre de celebrar carreras durante los funerales de un muerto ilustre. Esto
derivó en los juegos deportivos que se celebraban en varias ciudades, los más
famosos y que se ha revivido en la era moderna son los Juegos Olímpicos.
DECÁLOGO OLÍMPICO DE LA
ANTIGÜEDAD
1. Ser griego y libre.
2. No estar perseguido por la justicia.
3. No haber transgredido la tregua sagrada.
4. Haber entrenado durante al menos diez meses.
5. Haberse inscrito un mes antes del comienzo de
las pruebas.
6. Competir desnudo y ser puntual.
7. No intimidar, sobornar ni matar al rival.
8. Respetar siempre las decisiones de los jueces.
9. Será vencedor el que derrote a sus rivales.
10. Se prohíbe a las mujeres entrar en el recinto
olímpico. Mucho han cambiado las cosas en 28 siglos de historia, pero considero
que el corredor moderno también debería regirse por un decálogo de normas y por
eso me atrevo a proponer lo que podría ser el primer boceto de un “Decálogo del
corredor del siglo XXI”, os animo a mejorarlo, modificarlo y perfeccionarlo,
para llegar a un decálogo de consenso entre todos los corredores. Aquí va mi
primera propuesta:
1. Disfrutar y sentirse libre mientras corre.
2. Ha de ser disciplinado y entrenar de forma
regular y metódica.
3. Será respetuoso y solidario con sus rivales en
la competición.
4. Independientemente del nivel, la clase social,
la religión, raza o sexo; competirá en las mismas condiciones que los demás.
5. Será prudente en los entrenamientos y paciente
en los resultados.
6. Ha de competir limpio, sin doparse.
7. Competirá contra si mismo, contra los demás y
contra el crono, respetando las reglas.
8. Ha de ser puntual en las carreras y calentar
adecuadamente.
9. Se debe inscribir en las carreras en tiempo y
forma.
10. No debe hacer trampas, ni atajar en el
recorrido.